La historia de Eliana – El acceso al trabajo
“Durante dos años trabajé produciendo y moviendo rollos y cajas de papel. Aunque era un trabajo agotador, me sentía feliz por la ayuda que era capaz de ofrecer a mi familia gracias a este puesto. Sin embargo, esta felicidad no duró demasiado. Hace cerca de dos años, comencé a sufrir episodios de desvanecimiento y pérdida de equilibrio, incluso mientras trabajaba. Por un lado, me preocupaba por mi salud, pero por otro, ¡temía perder mi trabajo!”
“Los turnos de trabajo se hicieron más duros, y crecieron también mis miedos, pero los encargados de la fábrica fueron muy comprensivos, lo que alivió mi sufrimiento. Me acompañaron al hospital varias veces, y poco tiempo después se me informó de que padecía esclerosis múltiple. La noticia cayó como un jarro de agua fría en mi familia y en mí misma. ¿Qué pasaría ahora? ¿Qué consecuencias tendría en mi vida esta enfermedad? ¿Sería capaz de continuar? ¿Podría superar esto mi familia?”
Llamaron a Eliana para que se reuniera con el encargado de Recursos Humanos. Al entrar en la oficina ya iba llena de preocupación, pues pensaba que le iban a pedir que renunciara a su puesto.
“Cuando una mañana de un día lluvioso el encargado de Recursos Humanos, el Sr. Nahban, me llamó para que me reuniera con él, el corazón se me aceleró y todas las articulaciones me temblaban. Pero, en lugar de pedirme que notificara mi renuncia, me dio las dos mejores noticias que había recibido nunca, y que me hicieron sentir mucho más segura y decidida ante el futuro”.
“En primer lugar, la empresa no había decidido despedirme, sino que, por el contrario, iban a cuidar de mí considerando mi estado de salud actual. Mi puesto se transfirió desde el departamento de fabricación de papel a la sección de oficinas, donde el trabajo es más fácil y se realiza en mejores circunstancias”.
Se trasladó a Eliana a un puesto de trabajo de oficina, manteniéndole el mismo salario.
“En segundo lugar, algunos de los miembros del Consejo de Administración de la fábrica Mimosa ya tenían conocimientos sobre la EM y conocían la Sociedad de Amigos de Pacientes con Esclerosis Múltiple del Líbano (ALSEP). Compartían sus objetivos y se involucraban en sus actividades. Me dieron un folleto sobre ALSEP y me aconsejaron que me pusiera en contacto con ellos”.
ALSEP logró convencer al gobierno libanés de que redujera las contribuciones de los pacientes a sus tratamientos de un 20% a un 5%, lo que marcó una enorme diferencia para los pacientes con EM de todo el Líbano, incluida Eliana.
La fábrica de papel Mimosa continúa respaldando a Eliana, la ayudan a que siga con su trabajo pero haciéndole ver que entienden la situación y quieren ayudarla. Afirma: “Ha empezado un nuevo período en mi vida. No han desaparecido todos los aspectos negativos, pero ahora sé que no tengo que afrontarlos sola”.
Mimosa ha recibido el reconocimiento de ALSEP por constituirse como un modelo sobre cómo los empleadores pueden hacer las adaptaciones necesarias para ayudar a las personas con EM a que sigan en sus puestos de trabajo.
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